miércoles, julio 27, 2011

somos lo que comemos


Santiago Grisolía
"La Nutrigenómica está descubriendo que los genes dependen de lo que comemos"

Javier LÓPEZ REJAS | Publicado el 22/07/2011
Vuelve a los cursos de El Escorial con uno sobre longevidad y juventud. El científico Santiago Grisolía, alumno destacado de Severo Ochoa, Premio Príncipe de Asturias de Investigación, presidente ejecutivo de los Premios Rey Jaime I y reciente Medalla de Oro al Mérito de Investigación, es uno de los grandes impulsores de la ciencia española. El bioquímico nos habla sobre los factores que condicionan el proceso de envejecimiento.

No es nuevo el profesor Grisolía (Valencia, 1923) en los cursos de El Escorial. Se diría que su presencia es ya una rutina estival. El año pasado dirigió el curso "Anorexia, bulimia y obesidad" y éste vuelve a la localidad de la sierra madrileña, a partir del lunes, con "Prolongar la juventud", un tema en el que la ciencia va dando pasos cada vez más sólidos y esperanzadores. "Quisiera agradecer a la Universidad Complutense que me haya enseñado a ser más longevo, posiblemente el mayor de todos los conferenciantes de El Escorial. Y si me preguntan cuál es mi secreto les diré que, aparte de la genética, es que tengo muy buenos amigos”, señala con cultivado sentido del humor.

-¿Prolongar la juventud depende de los avances científicos?
-Sí, pero no sólo del incremento del conocimiento sobre cómo funciona nuestro organismo. La disminución de la carga de trabajo de los seres humanos (que también se debe a los avances científicos) y cómo éstos favorecen los avances tecnológicos, la incorporación de la mujer al mercado laboral (con el retraso en la edad de matrimonio y maternidad) y la disminución del número de hijos son factores que, surgiendo de los avances realizados en los laboratorios y también en la mentalidad social, han provocado y seguirán causando una mejora importante de la calidad de vida.

Variedades de ARN
-¿Está la biología molecular ya en fase de conocer los mecanismos del envejecimiento?
-Desde hace años los biólogos moleculares están investigando cómo la expresión de genes determina una prolongación de la juventud. Ahora sabemos que además del ADN y las proteínas están implicadas distintas variedades de ARN, no sólo como transmisor de las órdenes del núcleo para fabricar proteínas, sino -y esto es realmente interesante- que se ha descubierto un nuevo ARN llamado "de interferencia” que bloquea la producción de algunas proteínas. También estamos descubriendo que tiene funciones muy importantes tanto en el cáncer como en el envejecimiento. La ciencia está viendo ahora que el cáncer, el envejecimiento y la degradación de proteínas son mecanismos cuya regulación es muy compleja. En muchas especies animales empiezan a conocerse genes muy implicados en el envejecimiento. Entre los ganadores de los Premios Rey Jaime I figuran investigadores que han estudiado estos procesos, como el doctor Carlos López Otín, que ha descrito el concepto de degradoma, y la doctora María Blasco, que trabaja en las telomerasas.

-¿Qué hay de ciencia ficción al hablar de eterna juventud?
-Desgraciadamente, todas las evidencias demuestran que la vida eterna es una ilusión y que la eterna juventud sólo es posible en los ámbitos de la ciencia ficción. No obstante, si usted va a cualquier país del Tercer Mundo y busca a una persona de su edad, podrá comprobar que parece mucho más vieja que usted. En los países desarrollados, y muy especialmente en España, donde la Sanidad es excelente, la senilidad y la vejez con profunda degradación del ser humano son fenómenos del pasado. Uno de los pocos gerontólogos que existen en nuestro país, el doctor Avellana, me comentaba que los geriatras españoles estaban en estos momentos en condiciones de prevenir las lesiones que causaban invalidez a los ancianos, con lo cual, los mayores del futuro estarán en la mayoría de los casos en mejores condiciones de lo que estamos ahora.

Esperanza de vida
-¿Qué situación puede provocar una población que avanza en los tramos de edad?
-Puede haber muchos problemas, sobre todo económicos, ya que las estructuras sociales que mantenemos apenas han sufrido diferencias desde la Revolución Francesa y la esperanza de vida media en la población se ha triplicado desde entonces. Además, nuestros actuales sistemas de producción de alimentos y de obtención de energía son incapaces de ofrecer el nivel de vida que tenemos en los países occidentales a todos los habitantes del planeta.

-¿Está la medicina clínica preparada para esta coyuntura?
-No, y menos en esta crisis económica en la que incluso se están cerrando ambulatorios.

Para Santiago Grisolía los hábitos alimenticios son importantes para prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Es uno de los procesos de estudio que ocupan a algunos laboratorios: "Se ha detectado un aumento de la longevidad en la mosca de la fruta y las ratas, entre otras muchas especies, cuando se les limita el aporte calórico hasta en un 30%. Estos animales tienen aspecto de ser más jóvenes que sus controles, que tienen la misma edad y las mismas condiciones de vida”.

Grisolía nos remite a un reciente artículo de Nature para poner en evidencia la importancia del aporte calórico en este tipo de procesos: "Queda claro que, aunque persiste la controversia sobre si las dietas con restricción calórica pueden prolongar la vida humana, se ha confirmado un aumento de la longevidad de los gusanos C. Elegans con dieta restringida. Además, es muy interesante que los autores encuentren que el tipo de grasas presentes en los alimentos de estos gusanos condicionan la expresión de genes del desarrollo responsables de este aumento de la esperanza de vida”.

"Estas mismas grasas -añade el Premio Príncipe de Asturias- están presentes en el cerebro de los mamíferos y podrían tener las mismas propiedades en humanos. El experimento con una especie animal más próxima a la humana, que se está haciendo con monos en el National Institute of Health (NIH) de Estados Unidos desde hace más de 20 años, también observa que los monos que comen menos parecen más jóvenes. Pero, ojo, la malnutrición acorta la vida”.

-¿Cómo interviene entonces la genética en la longevidad?
-Mucho. Pero, nuestro conocimiento del genoma es todavía muy precario y aunque se está consiguiendo reducir el precio de las técnicas de secuenciación, no sólo los genes que tenemos sino también el control de que se formen unas proteínas u otras determinará nuestro grado de envejecimiento. Ciencias como la Nutrigenómica están descubriendo que los genes dependen de lo que comemos.

La imagen de España
-¿Qué opinión le merece la crisis de la E. coli en Europa?
-Creo que se han realizado muchos anuncios precipitados, sin base científica que justificase la retirada de productos del mercado con el grave daño económico sufrido por la agricultura española. Me preocupa la imagen que se tiene en Europa de España, cuando se aceptan tan fácilmente las acusaciones del gobierno alemán sobre la mala calidad de nuestros productos.

-¿Cómo vive la actual crisis económica? ¿Afecta seriamente al desarrollo científico?
-La crisis económica parece más grave de lo que creíamos. Los recortes a la investigación suponen una tragedia, sobre todo en España donde, tras muchos años de esfuerzo, empezábamos a tener grandes grupos de investigadores y jóvenes preparados para competir.


http://www.elcultural.es/version_papel/CIENCIA/29604/Santiago_Grisolia

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